ICTUS

El ictus es la segunda causa de muerte en la población española (la primera en las mujeres) y la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto. Según la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias: "en España cerca de 120.000 personas sufren un ictus al año. De ellas, en torno a 40.000 fallecen".

La palabra ictus procede del latín y significa choque o golpe, realmente no son siglas. La palabra que sí está formada por siglas es ACV, que significa accidente cerebrovascular y que es otra forma de llamar a la misma patología.

El ictus se produce cuando falta aporte de sangre y oxígeno a una zona del cerebro (es como un infarto al corazón, pero en el cerebro). En el 87% de los casos ocurren debido a la formación gradual de placas de aterosclerosis o depósitos grasos en el interior de las arterias del cerebro o cuando un coágulo de sangre (un trombo) bloquea una arteria cerebral. Este tipo se llama ictus isquémico. El otro motivo es la rotura de alguna arteria que produce una hemorragia. Se llama entonces ictus hemorrágico.

Esta patología tiene gran impacto en la vida de la persona que lo sufre y en sus familiares: 3 de cada diez pacientes presentan algún tipo de discapacidad tras un ictus. Depende de la zona del cerebro que haya sido afectada, puede afectarse la movilidad, la visión, el habla, e incluso puede haber trastornos cognitivos (memoria, la percepción y la resolución de problemas) y de personalidad. Es importante tener en cuenta que el ictus puede aparecer a cualquier edad. Según la Sociedad Española de Neurología: "en los últimos 20 años ha aumentado un 25% el número de casos de ictus entre las personas de 20 a 64 años".

El problema es que el 50 por ciento de la población desconoce cuáles son los síntomas de ictus. Esto retrasa la atención y aumenta las secuelas o desenlaces fatales. Por eso vamos a repasar los síntomas de ictus que, por cierto, aparecen de forma súbita y repentina.

¿Cómo saber si una persona sufre un ACV y cuáles son los síntomas?

Existen multitud de síntomas que se van a describir a continuación. Pero debemos quedarnos con los 3 más importantes:

  • Rostro caído: pérdida de fuerza en la cara, desviación o caída hacia abajo del borde de la boca. Para evaluarlo podemos pedirle a la persona que sonría.
  • Brazo débil: pérdida de fuerza en brazos o piernas del mismo lado y de forma súbita. Podemos evaluarlo pidiéndole a la persona que levante ambos brazos paralelos al suelo y viendo si uno de los dos brazos se desvía hacia abajo.

  • Dificultad para hablar: alteración repentina del habla, no podemos hacer que los demás nos entiendan o no podemos comprender bien. Podemos evaluarlo pidiéndole a la persona que repita una frase simple para ver si el discurso suena arrastrado o extraño.

Además de los 3 claves descritos con anterioridad, pueden aparecer:

  • Entumecimiento repentino o debilidad en la pierna, brazo o cara.
  • Confusión repentina o dificultad para comprender.
  • Dificultad repentina para ver por uno o ambos ojos.
  • Dificultad repentina para caminar, mareos, pérdida del equilibrio o pérdida de coordinación.
  • Dolor de cabeza intenso y repentino sin causa conocida.

El ictus es una emergencia médica

El ictus es una enfermedad tiempo-dependiente. Eso significa que cuanto más tiempo pasa desde que comienzan los síntomas hasta que se administra el tratamiento, peores son las secuelas y aumenta la mortalidad.

Por eso, el ictus o accidente cerebrovascular es una EMERGENCIA. Si sospechamos de esta enfermedad en nosotros mismos o en alguien de nuestro alrededor, deberemos llamar al 112, decir que sospechamos de ictus y seguramente envíen una ambulancia para realizar una exploración lo más rápido posible.

Elena Plaza Moreno 

Enfermera docente.

Creo y divulgo contenido de salud basado en evidencia en https://www.urgenciasyemergen.com/

Experta en urgencias, emergencias y competencias digitales en salud.

Instructora de soporte vital básico y avanzado.

 

BIBLIOGRAFÍA

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